"Está muy cerca de Córdoba y es un ambiente precioso. Los animales andan sueltos y son la prioridad". Así define Mariana Asan su lugar favorito en las sierras de Córdoba: Potrerillo Pueblo de Montaña.

Este rincón prácticamente desconocido está ubicado a 80 km de Córdoba capital en el Valle de Calamuchita. Para llegar, hay que tomar la RP 5 y conducir hasta el monumento al Gaucho Urbano. Desde allí, se debe tomar el camino que sale a la derecha y conducir por 500 metros.

Una vez en la puerta, el visitante se encontrará con un cartel que define la estadía en el lugar: "Aquí lo único que corre es el viento". 

Este lugar tiene opciones para todos los gustos: desde cabañas para alquilar por el fin de semana, pasando por un restaurante y hasta lotes para comprar y construir.

Cada cabaña está muy bien equipada con espacios para cocinar y asador. La mayoría tiene una galería de madera para disfrutar del entorno y cada lote tiene unos 5 mil metros cuadrados para resguardar la intimidad.

Todo tiene una unidad. Por ejemplo: las cabañas tienen la misma tipología y todas las construcciones están hechas de madera, piedra y chapa. A esto se suma un escenario natural imponente con pinares, típico de Calamuchita.

Los visitantes que decidan hospedarse en este lugar tienen la posibilidad de acceder a una granja a donde hay ovejas, llamas, chanchos, gallinas, conejos, zorros y caballos. También pueden alquilar para hacer cabalgatas y disfrutar del entorno.

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"Podés despertarte una mañana y encontrar un grupo de ovejas durmiendo debajo de tu cabaña. La gente es muy respetuosa de los animales", cuenta Mariana.

El Almacén de Potrerillo, un restaurante de montaña

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Tanto los visitantes que estén hospedados en las cabañas como los que no, pueden optar por disfrutar de un rico almuerzo o merienda en el restaurante del lugar. Los fines de semana suelen preparar costillares a la llama aunque las pastas caseras también son una buena opción. Para visitar este lugar, se debe hacer una reserva previa al +54 9 3547 45 3829.

El lugar es atendido por Pato y Elsa, dos personas muy cálidas que también son las que cocinan unas tortas que son una delicia para la merienda o el desayuno.

A toda esta experiencia, se suma un anfiteatro natural que está rodeado de un estanque y un entorno único. En temporada alta, se suelen hacer pequeños conciertos: el público se sienta en el pasto o sobre troncos de madera mientras disfruta del espectáculo.

Estás rodeado de pájaros y, de vez en cuando, pasa un grupo de llamas mientras estás disfrutando de la música. Es un lugar para descansar y desconectarse.

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